¿Qué es el coaching?

Durante los últimos años se ha puesto muy de moda eso del Coaching, pero ¿qué es exactamente el Coaching? Seguramente la gran mayoría no sepa realmente lo que es, y la verdad es que también es complicado tener una definición precisa, pues casi todas las que se leen en los blogs de Coaches o en las academias que te venden su titulación son tan imprecisas y ambiguas (eso sí, cargadas de un halo exótico-misterioso-mágico, como salido de una novela de Paulo Coelho) que no queda bien claro qué es lo que hacen con tu dinero, pero sientes cómo ese espíritu motivacional te invade y deseas contratar sus servicios arréglalo-todo.

Lo que sí está claro es que muchos son unos perfectos vende-humo, pues te hacen creer que puedes hacer todo lo que te propongas gracias al Coach. Pues bien, eso no es Coaching. Por eso es importante saber bien qué es el coaching, para que ningún magufo se aproveche de tu inocencia y desconocimiento.

Qué no es Coaching

Comúnmente comparan el Coaching con la Psicología, y desgraciadamente la psicología sale perdiendo porque la acreditan con valores como “trata patologías”, “centrada en el malestar”, “relación autoritaria profesional-paciente”, etc. Y sin embargo, consideran al Coaching como “agente de cambio”, “centrado en el bienestar y el éxito”, “relación entre iguales”, etc. Como si el coach fuese un colega con el que te vas a tomar unas cañas y te da el consejo de tu vida, y como si el psicólogo fuese el que te dice todo lo que tienes mal y te ordena hacerle caso. Eso son los prejuicios que abundan y que quiero desmitificar.

El coaching no es terapia

Para empezar, la psicología y el coaching no son lo mismo, pero tampoco son cosas opuestas ni tan diferentes. Es más, el coaching utiliza muchas técnicas que se usan en psicología (como condicionamiento operante, modelado en el aprendizaje de hábitos, terapia de solución de problemas, terapia breve estratégica o centrada en soluciones, técnicas de autocontrol, establecimiento de objetivos, planificación de actividades y administración del tiempo), por lo que podría decirse que el coaching forma parte de la psicología. Sin embargo, el coaching no es psicología.

El coach ha estudiado las herramientas y las técnicas que facilitan el cambio y el aprendizaje de nuevas conductas. Está más orientado hacia el cambio rápido y la consecución de objetivos. Por eso es eficaz cuando una persona tiene pequeños problemas de la vida cotidiana o quiere proponerse un cambio a corto-medio plazo.

Por otro lado, el psicólogo ha estudiado, además de cómo aplicar dichas técnicas, de dónde han surgido, cómo funcionan y todo el trasfondo psicológico por el que operan, siempre respaldado por la evidencia científica. En cambio, el coaching no es una ciencia. Por poner una analogía, el coach sería como un pinche de cocina y el psicólogo sería el chef. El pinche sabrá hacer sándwiches, tapas o pinchos de tortilla, pero el chef es un profesional de la gastronomía y arte culinario con formación y muchas horas cocinando. (Espero no ofender a ningún profesional de la hostelería, pues tampoco estoy muy puesta en estos temas y quizás me equivoque al comparar términos).

Cuidado con el intrusismo profesional…

Por lo tanto, cuando un coach observa un problema mayor que implica mucho más que un cambio conductual y que no puede ser tratado con técnicas superficiales de cambio rápido, debería delegarlo a un profesional capacitado, pues las técnicas de coaching no son terapéuticas, son motivacionales.

Quiero que quede claro que no estoy criticando el coaching, sólo critico a los que se meten donde no les llaman e invaden las profesiones de otros con su intrusismo y falta de profesionalidad. Si un coach (o cualquier otro profesional) trabaja con humildad, conociendo sus limitaciones profesionales y dentro del ámbito que le corresponde a sus competencias profesionales, sabrá cuándo tiene que delegar si un caso excede de sus capacidades. Por eso es necesario regular la profesión y luchar contra el intrusismo.

Definición de Coaching

Ahora bien, ¿qué es el coaching? Para mí el coach es un motivador profesional, alguien que sabe qué decir y cómo decirlo para incitar al cambio. Pero que conste, que ese cambio es meramente conductual, para modificar los hábitos o aumentar la productividad, no un cambio terapéutico.

Si quieres una definición más técnica, según el pedagogo Tim Gallwey, “el coaching consiste en liberar el potencial de las personas, para que puedan llevar su rendimiento al máximo” (Whitmore, 2009). Como venía diciendo, son un conjunto de estrategias dirigidas a conseguir objetivos.

Una de las estrategias del coach es preguntarte qué aspectos de tu vida quieres mejorar, para así guiarte a través de unas pautas para conseguir dicho objetivo. No tiene muy en cuenta el pasado como en un proceso psicoterapéutico (en el que se debe estudiar cuáles han sido las causas que le han llevado a esa situación), sino conseguir el cambio mediante pequeños retos consecutivos. Por lo tanto, está más orientado al futuro, a lograr la meta.

Hay muchos tipos de coaching (personal, nutricional, deportivo, empresarial educativo, etc.), pero inicialmente, los orígenes del coaching vienen del mundo del deporte. En inglés “coach” significa entrenador, que es el profesional encargado de incrementar el rendimiento de los jugadores. Por eso el coaching trata de “entrenar” a esa persona para llegar a la meta, mejorando su desempeño y aumentando su productividad y autoeficacia.

El coach es como un guía que acompaña a la persona a establecer sus objetivos y a alcanzarlos. Hace de puente entre el momento actual y el lugar al que quiere llegar. Con esto, necesita ayudarle a identificar sus fortalezas y talentos para que pueda aprovecharlos al máximo y obtener un rendimiento óptimo. Así aumenta su autonomía y la gestión de los retos de su día a día.