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¿Qué hacer en la primera sesión de psicoterapia?

Si eres un/a psicólogo/a junior y necesitas orientación sobre qué hacer en la primera sesión de terapia, este artículo te interesa. Además, también podrás descargarte algunos recursos gratis que puedes utilizar en tu primera sesión de terapia.

En el siguiente link también puedes te descargar gratis un Guion de primera sesión. A continuación lo explico más detalladamente.

Guion de primera sesión

Psicoterapia

La primera sesión de terapia debe servir para establecer una base sólida de confianza y comprensión mutua entre el terapeuta y el paciente. Es fundamental que el paciente se sienta escuchado, respetado y comprendido, ya que la relación terapéutica entre el psicólogo y el paciente es un componente esencial para la evolución de la terapia y la eficacia del tratamiento. Además, esta primera sesión también sirve para conocer la historia del paciente, los problemas que presenta actualmente e identificar los objetivos terapéuticos que quiere alcanzar.

En resumen, la primera sesión de terapia es un punto de partida crucial para iniciar el proceso terapéutico de manera efectiva y orientada hacia el cambio y el bienestar emocional del cliente.

Aquí tienes un guion básico para una primera sesión de psicoterapia. Ten en cuenta que este guion es solo una aproximación genérica y debe adaptarse a las necesidades y circunstancias específicas de cada paciente, y ajustarlo según el enfoque terapéutico específico que utilices.

  1. Saludo y presentación: Preguntar si ha asistido anteriormente a terapia o no.
  2. Consentimiento informado: Verbal o por escrito. Hacer hincapié en que la terapia es un espacio seguro y todo lo que se hable es confidencial.
  3. Encuadre: Explicar en qué consistirán las sesiones, la duración, frecuencia, precio y el enfoque psicológico en el que trabajemos.
  4. Evaluación inicial, motivo de consulta y objetivos: Recabar información básica, evaluar el estado general, el motivo de consulta y los objetivos terapéuticos.
  5. Cierre: Se hace un resumen, se resuelven dudas, se agradece, felicita y se cierra la sesión.

Presentación

Lo primero que hay que hacer al iniciar una sesión es saludar y presentarse. Es recomendable mostrar una actitud cercana que facilite el establecimiento de una buena alianza terapéutica.

A continuación, también se le pregunta si ha ido anteriormente a psicoterapia. Esto es importante para saber en qué punto puede estar la persona. En función de lo que nos responda se puede avanzar de la siguiente manera:

  • Si ha realizado anteriormente terapia: Se le pregunta cómo fue la experiencia, qué se llevó del anterior proceso, etc. Solo un par de preguntas generales, ya que más adelante se deberá profundizar más en los anteriores tratamientos que haya realizado
  • Si NO ha realizado anteriormente terapia: En este caso, se le explica en qué consiste todo el proceso de psicoterapia, y se enlaza con el paso siguiente.

Consentimiento informado

Como seguramente ya sepas, es necesario proporcionar al paciente un consentimiento informado antes de iniciar la terapia, ya que forma parte de la ética profesional y legal en la práctica terapéutica, y garantiza que el paciente tenga control y autonomía sobre su atención psicológica.

Aunque el terapeuta puede informar verbalmente al paciente, es recomendable que también quede registrado de forma escrita, y que este documento sea firmado por el paciente en cuestión para que quede constancia. En este documento se explica al paciente los detalles relevantes del tratamiento, incluyendo sus objetivos, métodos, posibles riesgos y beneficios, así como las expectativas en términos de confidencialidad y la naturaleza voluntaria de la terapia. Este proceso permite que el paciente tome una decisión informada y consciente sobre si desea o no participar en el tratamiento propuesto.

Aquí puedes descargarte un ejemplo de consentimiento informado para adultos, el cual puedes adaptar según tus necesidades.

Espacio seguro

Al comenzar la intervención, hay que recalcar al paciente que la terapia es un espacio seguro en el que podrá expresar libremente sus pensamientos, emociones y preocupaciones de manera abierta y el psicólogo/a le guiará y proporcionará herramientas con las que pueda manejar mejor los desafíos en su vida y mejorar su bienestar emocional.

Secreto profesional

Para desarrollar este espacio seguro y de confianza, hay que comentarle que todo lo que se hable en sesión es confidencial, salvo excepciones en casos extremos en los que haya una situación de peligro y nos veamos en la necesidad de informar a terceras personas, o cuando un juez lo ordene.

Encuadre

El encuadre es el marco de acción en el que trabajarán conjuntamente paciente y terapeuta. Depende de la corriente psicológica que se siga (terapia cognitivo-conductual, sistémica, humanista, integradora, etc.) y de otros factores propios de la forma de actual de cada psicólogo, como los horarios, la frecuencia de las sesiones, el precio, etc.

Sesiones

Primero se le comenta en qué consistirán las sesiones y todo el proceso de terapia, la frecuencia y duración de las sesiones, el precio de estas y el enfoque o marco teórico en el que trabajamos.

Dinámica de las sesiones

Se le explica que las primeras sesiones se dedicarán a conocerse un poquito y explorar en profundidad aquello que le preocupa y las diferentes áreas de su vida para entender mejor lo que le ocurre y ver cómo se le puede ayudar. Después de recoger la información necesaria en un par de sesiones, se le expondrá lo que trabajaremos juntos en las siguientes sesiones para abordar sus problemas y hacer que se sienta mejor consigo mismo. Es como si estuviéramos armando un «plan de acción», que es lo que consistiría el tratamiento.

El paciente también debe comprender que la terapia es un proceso activo, y su participación es fundamental para el éxito. Tanto el psicólogo como el paciente trabajarán juntos para alcanzar los objetivos terapéuticos y mejorar el bienestar emocional del paciente. Por ello, se le alienta a plantear preguntas, compartir sus preocupaciones y expresar cualquier inquietud que surja durante el tratamiento para asegurar que la terapia se adapte de manera efectiva a las necesidades cambiantes del paciente a lo largo del tiempo.

Para que entienda esto mejor, se le puede explicar la función como una analogía: La relación psicólogo-paciente es como la de profesor-alumno. Ambos quieren que el alumno aprenda, y para ello el profesor le da las herramientas y conocimientos, pero el alumno también tiene que estudiar, ir a clase o hacer actividades. Si el alumno no pone de su parte, no va a poder aprender y el profesor no va a lograr enseñarle.

Frecuencia y duración

Por último se concreta la frecuencia y duración de las sesiones. La duración de cada sesión es de unos 50-60 minutos (en general) y la frecuencia de las sesiones depende de las necesidades y objetivos del paciente. Inicialmente, las sesiones pueden ser más frecuentes (semanales) y luego espaciarse a medida que se va progresando (quincenales o mensuales).

Precio

En cuanto al precio, se suele cobrar una media de 50€ por sesión, pero también se pueden ofrecer bonos de varias sesiones que supongan un pequeño descuento en cuanto el precio de una sesión individual.

También es conveniente informarle de la política de cancelación, es decir, que debe avisar con 24h de antelación para una cancelación o modificación de la cita, o sino se le tendrá que cobrar. Aceptar este requisito implica que el paciente se sienta comprometido y motivado con la terapia y no «huya» de ella en el último momento.

Enfoque psicológico

Después de explicarle la dinámica de las sesiones y otras más cuestiones técnicas hay que explicarle la corriente psicológica en la que trabajamos, la cual, tiene un enfoque diferente a otras psicoterapias. Se puede trabajar desde un enfoque cognitivo-conductual, sistémico, humanista, integrador, etc.

Evaluación inicial, motivo de consulta y objetivos

Después de habernos presentado y haberle comentado al paciente la dinámica de la terapia, vamos a comenzar con una evaluación inicial tomando nota de los aspectos generales de su vida, que nos permitan entender su contexto. Esos datos pueden ser el nombre, apellidos, edad, profesión, ubicación, con quién vive, etc. Más adelante podremos ampliar esta información con otras herramientas, como con una entrevista estructurada más extensa y detallada (como la de Muñoz, 2001), una línea de vida, una rueda de vida, un genograma, etc.

Se evalúa el estado general, sobre todo en lo que refiere a la alimentación y el sueño, que son dos aspectos que más afectan a nuestro bienestar, qué hace en su tiempo libre o si dispone de ocio, y también qué red de apoyo tiene. Si fuera necesario, también se pueden evaluar los procesos psicológicos básicos, como la memoria, atención, orientación, etc. Para ello se podría emplear un test estandarizado como el Mini-Mental (MMSE; Folstein et al., 1975), el cual, también se proporciona más adelante. Sin embargo, si a simple vista podemos comprobar que el paciente no tiene un déficit cognoscitivo, puede obviarse esa parte.

Después de recabar esta información básica hay que explorar el motivo de consulta: por qué viene a terapia el paciente, qué le gustaría cambiar en su vida, qué es lo que le preocupa, qué espera conseguir, etc. También hay que indagar en la frecuencia, la duración y la intensidad con la que experimenta el problema principal por el que acude a terapia.

A partir del motivo de consulta definiremos los objetivos generales y específicos sobre los que vamos a trabajar, así como diferenciar entre si se alcanzarán a corto, medio o largo plazo. Podemos utilizar la metáfora de la varita mágica preguntando al paciente qué le gustaría conseguir.

Cierre

Al finalizar la primera sesión de terapia, hacemos un breve repaso de todo lo hablado. Esto le transmitirá al paciente que ha sido escuchado y atendido, y también nos servirá a nosotros para aclarar alguna duda sobre lo que haya dicho.

También es importante preguntar al paciente cómo se sintió durante la sesión y cómo percibió su experiencia. O si tiene alguna duda que le podamos resolver. Recordarle que la terapia es su espacio y estamos aquí para acompañarle y ayudarle.

Y por último, agradecerle por compartir sus preocupaciones, porque al final no es fácil contarle a un desconocido las situaciones difíciles en las que nos encontramos, y felicitarle por acudir a terapia, ya que es un paso muy importante. Se puede cerrar la sesión agendando la siguiente cita y deseándole una feliz semana.

En resumen, el cierre de la primera sesión de terapia es un momento importante para fortalecer la relación terapéutica, mostrar apoyo y reconocimiento al cliente, y establecer una base sólida para el trabajo futuro.

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