Abraham Maslow es uno de los psicólogos humanistas más importantes, conocido por su teoría de la motivación y de la personalidad.
La motivación puede interpretarse como un impulso que te mueve a conseguir algo. Una vez satisfecha esa necesidad, se reduce el impulso. Este sería el concepto de motivación para Hull, según su Teoría de reducción del impulso. Sin embargo, para Maslow esta definición queda un poco escueta.
El concepto de motivación de la teoría de Maslow se encuentra dentro de la corriente humanista, pues tiene en cuenta las características propias del ser humano que le diferencian del resto de seres vivos. Las personas no tratan sólo de mantener un equilibrio (homeostásis) en sus necesidades, sino que también tratan de satisfacer unos deseos y ambiciones que pueden ser subjetivos e inconscientes.
Por otro lado, muchos de esos deseos actúan como medio para conseguir un fin último. Es decir, una persona puede manifestar la motivación consciente de satisfacer un deseo, sin darse cuenta de que, en realidad, la satisfacción de ese deseo es sólo un medio para satisfacer un deseo mayor (motivación insconsciente). Por ejemplo, el deseo de adquirir el último artículo de moda puede ser un medio para sentirse aceptado por los demás.
Otra característica de la motivación humana es que cuando una necesidad está cubierta, surge otra. La satisfacción genera nuevas motivaciones. Por eso el ser humano nunca está satisfecho, sólo lo hace de forma relativa, como si fuese un peldaño en una escalera. De ahí surge la idea de ordenar las necesidades en una especie de jerarquía de predominio.
Jerarquía de necesidades según la Teoría de la Motivación de Maslow
Maslow considera la existencia de una serie de necesidades en el ser humano que se organizan jerárquicamente en forma de pirámide con cinco niveles. Los cuatro primeros pueden ser agrupados como necesidades de déficit, y el nivel superior de la jerarquía como necesidad de crecimiento.
1. Necesidades fisiológicas básicas
En la base de la pirámide se encuentran las necesidades fisiológicas básicas. Se trata de aquellas necesidades relacionadas con los esfuerzos automáticos del cuerpo para mantener un estado normal (homeostasis). Estas necesidades son el hambre, sed, sueño y sexo.
Estas necesidades son las más preponderantes. Esto quiere decir que, en una situación extrema en la que todas las necesidades esten sin satisfacer, el ser humano sólo tratará de saciar sus necesidades fisiológicas más básicas. Una persona que carece de seguridad, afecto o estima guiará su vida en la búsqueda de alimento, sexo u otro tipo de actividades consumatorias (por ejemplo, adicciones).
2. Necesidades de protección y seguridad
En el segundo escalón de la pirámide de motivación de Maslow están las necesidades de protección y seguridad. Éstas se refieren a los aspectos que garantizan la vida del sujeto en su ambiente (protección, seguridad, estabilidad, ausencia de miedo, evitación del dolor y malestar, defensa, lucha, orden y necesidad de estructura, etc.).
Esta necesidad sólo se hace presente en casos reales de emergencia (como la guerra), en catástrofes naturales, enfermedades terminales, neurosis, pérdida de autoridad o situaciones crónicamente malas. La principal motivación, si no se satisface esta necesidad, es la de buscar un agente protector (persona o sistema más fuerte) del que puedan depender.
La forma más clara de esta búsqueda de protección y seguridad se encuentra en la neurosis obsesivo-compulsiva. Ese intento frenético de ordenar y estabilizar el ambiente es su forma de evitar que aparezcan peligros inesperados.
3. Necesidad de amor y pertenencia
Las necesidades de pertenencia hacen referencia al sentimiento de ser querido y aceptado por otros, a la necesidad de amor, contacto e intimidad. No sólo supone recibir amor, sino tambien darlo. También hay que resaltar que no es lo mismo el amor que el sexo. El amor representa el cariño y la intimidad con otras personas, mientras que el sexo, aunque pueda estar determinado por muchos factores, se considera una necesidad puramente fisiológica.
Este nivel de la pirámide de Maslow refleja el caracter social del ser humano, su deseo de relacionarse con los demás y pertenecer a un grupo, y el factor interpersonal y relacional de la motivación. Ejemplos de esta necesidad pueden ser el deseo de formar una familia, contraer matrimonio, tener amistades, relaciones sociales, etc. y todo aquello que contribuya a mantener un vínculo afectivo con las personas que te rodean.
Cuando la necesidad de amor está insatisfecha, una persona experimentará soledad, rechazo, sentirá intensamente la ausencia de amigos, de compañero o de hijos, incluso el destierro o desarraigo. En niños, los constantes cambios en la familia y hogar (mudanzas, divorcios, etc.) pueden producir un fuerte sentimiento de desapego o desarrollar apego ambivalente.
La frustración de estas necesidades deriba en los casos de inadaptación y psicopatología más serios. La carencia de amor y cariño generalmente cursan con ambivalencia, restricciones e inhibiciones. Por ejemplo, el Trastorno Límite de la personalidad (TLP) se caracteriza por la inestabilidad en las relaciones interpersonales que puede observarse en esfuerzos desesperados para evitar el desamparo. Desde el punto de vista de la pirámide de Maslow, estos síntomas se podría interpretar como la insatisfacción de la necesidad de amor y pertenencia. Por otro lado, este trastorno también se caracteriza por conductas sexuales impulsivas y de riesgo, y sentimientos crónicos de vacío. Estas dos conductas se pueden explicar gracias a esta teoría. Si una persona que siente insatisfecha su necesidad de amor intenta «llenar» ese hueco con sexo, nunca va quedar satisfecha pues amor y sexo no son lo mismo, y de ahí que luego experimente sentimientos crónicos de vacío.
4. Necesidad de valoración y estima
Si la anterior necesidad se caracterizaba por el factor interpersonal, ésta refleja más el intrapersonal. Tiene que ver con las necesidades de estima, es decir, tanto el valor que nos damos a nosotros mismos (autoestima, confianza) como el que nos dan los demás (prestigio, competencia, dignidad, respeto, etc.).
Estas necesidades pueden clasificarse en dos subconjuntos:
- Autoestima: Por un lado estaría la motivación de logro, la maestría, el sentimiento de competencia, la independencia y la libertad. Estas necesidades hacen referencia a la autovaloración de las propias capacidades.
- Imagen pública: Y por otro estarían la reputación, el prestigio, el estatus, la fama, el reconocimiento social, la necesidad de atención y la dignidad. En este caso se referiría a cómo percibe la imagen reflejada en los demás de dichas capacidades.
Esta distinción de las necesidades de valoración y estima resalta dos formas de expresar esta motivación. El equilibrio entre ambas es lo que va a determinar si está satisfecha o no.
Cuando nuestra valoración se basa en la percepción real de nuestras capacidades, podría decirse que esta necesidad está cubierta, lo que conduciría a una buena autoestima, sentimientos de valía, confianza y seguridad en uno mismo. Sin embargo, la frustración de la necesidad de valoración y estima produce sentimientos de inferioridad, desconfianza, dependencia, sensibilidad a las críticas, etc. Y si esta insatisfacción se hace constante, conducirá a que la persona realice intentos desenfrenados por mantener una imagen ensalzada de su autoconcepto.
Una de las patologías relacionadas con el déficit de la necesidad de valoración y estima es el Narcisismo. Este transtorno de la personalidad manifiesta una tendencia neurótica de reflejar un pseudoyo idealizado para compensar el bajo autoconcepto que se tiene de sí mismo. Esto es lo que sucede al basar la autoestima en la opinión de los demás en vez de hacerlo sobre nuestros logros y capacidades reales. Según Maslow, «la autoestima sana se basa en el respeto merecido de los demás y no en la fama externa o la celebridad y adulación injustificada» (Maslow, 1991).
5. Necesidad de autorrealización
La cúspide de la jerarquía de las necesidades según la Teoría de la motivación de Maslow es la necesidad de autorrealización. A partir de este concepto surge toda su teoría de la personalidad.
Cuando las necesidades básicas (de déficit) están satisfechas, el hombre puede desarrollar mejor su motivación superior: las necesidades de crecimiento. Éstas consisten en hacer realidad todo lo que somos capaces y desarrollar todo su potencial.
Según Maslow, cada individuo debe hacer aquello para lo que está capacitado. Los músicos deben hacer música, los pintores deben pintar y los escritores, escribir. Si cada uno es auténtico y se dedica a aquello que define su propia naturaleza, estarán en paz consigo mismos. Y a esta necesidad es a la que llama autorrealización.
«Si deliberadamente planeas ser menos de lo que eres capaz, te aseguro que serás muy desdichado.»
Abraham Maslow
La condición humana se caracteriza por su tendencia a la autorrealización, tiene una motivación intrínseca por superarse a sí mismo, por aprender, crecer. Esta necesidad de autorrealización tiene que ver con los deseos de saber y conocer, y también con necesidades estéticas. Éstas necesidades son las menos «necesarias» desde un punto de vista biológico o fisiológico. No hay algo externo que motive a la persona a satisfacer esa necesidad, sino que la motivación sale de dentro.
La búsqueda y gratificación de las necesidades superiores conduce a un individualismo más verdadero, más fuerte y más grande. Uno de los aspectos que le llamó la atención a Maslow, y del que desarrolló sus investigaciones, fue el análisis de la personalidad de las personas autorrealizadas.
Si quieres profundizar en este tema, puedes leer los libros de A. Maslow: El hombre autorrealizado y La personalidad creadora de la Editorial Kairós.
Bibliografía
- Reeve, J. (2010). Motivación y emoción (5ª edición). Mexico: McGrawHill/Interamericana
- Alonso García, J.I. (2008). Motivación y emoción. Psicología. (p. 257-280). Madrid: McGrawHill
- Maslow, A.H. (1991) Motivación y personalidad. Madrid: Ediciones Díaz de Santos S.A.