Salud mental durante el COVID-19

La pandemia del COVID-19 está causando un gran impacto en la población mundial y ha cambiado la vida de muchas personas drásticamente. En una situación de estrés inminente, las personas que son más vulnerables a ciertas patologías pueden llegar a desarrollarlas como consecuencia a ese estresor. Por ello, cabe preguntarse, ¿cómo nos está afectando psicológicamente esta pandemia? ¿Qué pautas de acción pueden guiarnos para preservar nuestra salud mental?

Los síntomas más prevalentes durante la pandemia del COVID-19 han sido la depresión, ansiedad, insomnio, abuso de drogas y alcohol, violencia doméstica, trastorno obsesivo-compulsivo, ansiedad generalizada y estrés postraumático (Shuja et al., 2020). Para mitigar estas consecuencias psicológicas, la OMS ha elaborado una guía que aborda las consideraciones para apoyar la salud mental y el bienestar psicosocial durante la pandemia del COVID-19. En esta guía se incluyen pautas para diferentes grupos de edad, con un enfoque especial en niños, ancianos y personal sanitario (OMS, 2020b).

Guía de la OMS sobre Salud Mental y COVID-19

Población general

Además de seguir las recomendaciones sanitarias para protegerse del COVID-19, es beneficioso también ayudar a los demás para crear una sociedad un poco más solidaria y honrar a los trabajadores sanitarios. Por lo tanto, también se insta a que no se atribuya la enfermedad a ninguna etnia o nacionalidad en particular (para evitar la xenofobia). Al igual, se debe evitar etiquetar a las personas contagiadas para reducir el estigma y separar a una persona de tener una identidad definida. Las personas afectadas por COVID-19 no han hecho nada malo y merecen nuestro apoyo, compasión y amabilidad.

También se recomienda minimizar la búsqueda de información que provoque ansiedad o angustia, y que siempre se haga de fuentes fiables, evitando los rumores. El flujo casi constante de informes de noticias sobre un brote puede hacer que cualquiera se sienta preocupado. Es preferible buscar actualizaciones de información en momentos específicos durante el día, una o dos veces. Además de la información de los noticiarios, es recomendable informarse de historias positivas y esperanzadoras para levantar el ánimo.

Cuando se deba permanecer en aislamiento es recomendable mantenerse conectados con nuestros seres queridos (por redes sociales, teléfono, videoconferencia, etc.). También es preferible mantener las rutinas diarias tanto como sea posible, intentando realizar actividades saludables que se disfruten y encuentren relajantes. Es recomendable hacer ejercicio regularmente, tener rutinas de sueño regulares y comer alimentos saludables.

Población infanto-juvenil

Los padres o personas que tengan niños a cargo también deben tener en mente unas pautas para preservar el bienestar de sus menores a cargo. Hay que ayudar a los niños a encontrar formas positivas de expresar sentimientos como el miedo y la tristeza. Para ello es necesario crear un entorno seguro y de apoyo. Es importante mantener las rutinas familiares en la vida diaria, especialmente si los niños deben quedarse en casa, y proporcionar actividades atractivas y apropiadas para la edad de los niños, incluidas actividades para su aprendizaje.

En momentos de estrés y crisis, es común que los niños busquen más apego y sean más exigentes con los padres. Si los niños tienen inquietudes, estas deben ser abordadas juntos de manera honesta y apropiada a su edad. Los niños observarán los comportamientos y las emociones de los adultos en busca de pistas sobre cómo manejar sus propias emociones durante los momentos difíciles. Por lo tanto, también es importante que los padres cuiden de manejar el estrés con unas estrategias de afrontamiento adecuadas.

Si un niño necesita ser separado de su cuidador principal, se debe asegurar de que se le brinda un cuidado alternativo adecuado. Durante los períodos de separación, debe mantener un contacto regular con los padres y cuidadores.

Tercera edad o con problemas de salud

Cuando la persona que tienes que cuidar es una persona mayor o con problemas de salud, hay que tener en cuenta que aquellos con deterioro cognitivo o demencia pueden volverse más ansiosos, enojados, estresados, agitados y retraídos durante el brote, y especialmente en aislamiento. Por lo tanto, se les debe brindar apoyo práctico y emocional a través de redes informales (familia) y profesionales de la salud.

Se les debe mantener informados de forma clara, concisa, respetuosa y paciente sobre lo que está sucediendo y cómo reducir el riesgo de infección. Hay también que ayudarles a practicar las medidas de prevención. Si tiene una condición de salud subyacente, hay que asegurarse de tener acceso a sus medicamentos. También hay que estar preparados dónde y cómo obtener ayuda (solicitar atención médica, recibir comida, etc.).

Como siempre, es importante mantener las rutinas y horarios regulares, incluyendo ejercicios físicos sencillos diarios para realizar en casa, y otras actividades reconfortantes. También estar en contacto regular con sus seres queridos a través de los medios que sean accesibles y adecuados.

Trabajadores sanitarios

Por último, se realizan una serie de medidas para salvaguardar la salud mental de los trabajadores sanitarios y los jefes de equipo o gerentes en establecimientos de salud.

Para empezar, es normal sentirse bajo presión en esta situación. Por ello, para mantener la salud mental y el bienestar psicosocial debe controlarse el estrés utilizando unas estrategias de afrontamiento útiles. Algunas de estas pueden ser garantizar un descanso suficiente durante el trabajo, consumir alimentos saludables, realizar actividad física y mantenerse en contacto con familiares, amigos u otras personas que le brinden apoyo social. Por otro lado, hay que evitar otras estrategias que puede que a corto plazo reduzcan la ansiedad, pero a largo plazo pueden empeorar su bienestar físico y mental (como fumar o beber alcohol u otras drogas).

Lamentablemente, algunos trabajadores de la salud pueden experimentar rechazo por parte de su familia o comunidad debido al estigma o al miedo a un posible contagio. Por ello se recomienda buscar apoyo de compañeros que pueden estar teniendo experiencias similares, o mantenerse conectado con los seres queridos a través de medios digitales que reduzcan el riesgo de contagio.

Con respecto al trato con los pacientes, es especialmente importante saber brindar apoyo a las personas afectadas por COVID-19 y saber vincularlas con los recursos disponibles. También deben utilizarse formas comprensibles para compartir mensajes con personas con discapacidad intelectual, cognitiva y psicosocial.

Gerentes de establecimientos sanitarios

Los jefes de equipo o gerentes en establecimientos sanitarios deben mantener a todo el personal protegido del estrés crónico y la mala salud mental. También han de proporcionar a todo el personal una comunicación de buena calidad y actualizaciones de información precisas. Rotar a los trabajadores de funciones de mayor estrés a funciones de menor estrés. Asociar a los trabajadores sin experiencia con sus colegas más experimentados. El sistema de compañeros ayuda a brindar apoyo, monitorear el estrés y reforzar los procedimientos de seguridad. Implementar horarios flexibles para los trabajadores que se ven afectados directamente o que tienen un familiar afectado por un evento estresante.

Los gerentes y líderes de equipo enfrentan tensiones similares a las de su personal y pueden experimentar una presión adicional relacionada con las responsabilidades de su función. Es importante que tanto trabajadores como gerentes puedan acceder a los servicios de salud mental y apoyo psicosocial y facilitar el acceso a dichos servicios.

Como responsables de las instalaciones médicas deberán manejar las quejas urgentes de salud mental y neurológicas (delirio, psicosis, ansiedad severa o depresión), garantizando la disponibilidad de medicamentos psicotrópicos esenciales. Si llega a ser necesario, se ha de desplegar personal capacitado para brindar apoyo psicosocial y de salud mental.